Me pregunto si Bs As, a estas alturas, ya se habrá transformado en una maza húmeda, lluviosa y fría. De estufas encendidas y casas con hogares que comienzan a humear. Sobre todo las del interior.
La humedad de mayo suele ser terrible en Bs As. Lo recuerdo por mis cumpleaños, desfiles de abrigos y paraguas, de árboles pelándose, cambiando la piel. Hojas caídas tornasoladas alfombran las calles, algo que siempre amé. Un rictus de cambio y color.
Mayo con porteros a los que parece no incomodarles las inclemencias del tiempo, salen a baldear los palieres a las 7 de la mañana. Lo mismo las viejas del Gran Bs As ¡Esa manía que nunca entendí! Baldear la vereda siempre me pareció una labor tan estúpida, muchas baldean la vereda para no baldearse una misma. Es preferible bañarse. El baldeado de vereda es tan de abuela o bis abuela (más todavía si las veredas tienen esas baldosas color arena, como vainillitas). Pero a mi madre también le gusta la vereda baldeada. Pero se frustra enseguida cuando al atardecer ya alfombró otra vez el suelo las hojas del árbol de la puerta de su casa. Parece que a la gente le molestaran las hojas caídas, esa piel de recambio que recuerda a otra cosa. A mi me encantan. Amo mirarle las nervaduras a las hojas secas.
Me pregunto otra vez por Bs As, y me imagino a la gente abrigada, algunas bufandas, las vidrieras de la Av. Cabildo con sus nuevas colecciones y la humedad calando hondo en los cuerpos, tan hondo que aveces logra distraer de otros problemas...
Mayo y el bailecito de los paraguas por las calles, más incómodo todavía en las angostas callecitas del microcentro.
Hoy daría cualquier cosa por ir a revolver libros en la calle Corrientes ¿Habrá alguna muestra de fotos montada en el San Martín? Me haría el recorrido Los Incas-Alem del subte B por lo menos 2 veces (es tan bueno el subte para pensar después de las 10 de mañana, antes no porque los pensamientos se me agolpan y se me confunden con los de la muchedumbre de la hora pico). Y si me quedara tiempo haría conexión en la 9 de Julio hasta Congreso y me daría una vueltita por mi antiguo barrio, iría hasta la puerta del departamentito de la calle Vuelta de Obligado. Pasaría a saludar al portero (no recuerdo su nombre) quizá todavía me recuerde. O no.
Cuando pienso en Bs As, se me viene todo eso a la cabeza. Eso y los afectos, que calan mis huesos mucho más hondo que la humedad.
Hoy me desperté verborragica, son como las 6 de la mañana y no consigo dormir. La gata Luna me despierta como todas las noches desde que llegó a la casa, juega con mi pelo. Ella tampoco duerme bien por las noches. Hago la cuentas y ya son muchas las noches que no duermo bien.
Otra vez las palpitaciones en el pecho... me duele adentro, cuando respiro. ¿Será la humedad que me llega telepáticamente desde Bs As para anidar en mi pecho, como para que no la olvide y acompañarme a la distancia?
Acá también hay humedad. Pero acá la humedad es otra cosa. Se siente distinto.
Me parece que lo que me está matando, es la humedad.
jajajajaj. Muy bueno esa mezcla de barrio y chica top que mira las colecciones nuesvas en las vidrieras, me encanta! la ropa viene medio horrible... por suerte la negra está haciendo prendas más únicas. Te guardo una para vos.
ResponderEliminarAbrazoooo
que la humedad no te mate