Me desperté pensando en Frida Khalo.
Mierda, que mujer enorme encerrada en su propio cuerpo, en una carnalidad tan débil que la llevo inevitablemente a la muerte. De nada le sirvió su talento, su osadía, su antelación mental y espiritual a la época a la que pertenecía, su apertura sexual y todos los dones que tenia (que la hacían ver como una semi diosa) para vencer a la muerte. Su cuerpo débil (ese que la enfermo desde pequeña y la postro a los treinta años) fue quien gano la batalla a la larga o a la corta. ´Pies pa que los quiero si tengo alas pa volar´ solía decir como evasiva a su realidad de corset y postración y renguera y poliomelitis mal curada y abortos espontaneos y su reparada espalda .
Y pintaba, ella pintaba su realidad como pocas mujer lo hicieron, con un realismo tan profundo y con un sentimiento tan visible que la llevaron a la gloria, dejando en muchas ocasiones, opacado a quien fuese su propio maestro y compañero de vida, Don Diego Rivera.
Hoy me siento un poco Frida. Una mujer no tan grande como ella seguramente, pero encerrada en un envase que no le pertenece, con un reloj biológico que atrasa varios minutos pero seteado para adelantar varios años.
Y esta puta espalda que me vuelve a dejar en cama por vez número mil. Y estas glándulas funcionando como quieren y cuando quieren (ahora enquistadas). Y mi rostro marcado por lo que no sale por la boca. Y mi sexualidad acorralada por la proliferación de vida extraña!
Me lleno de preguntas. Me siento en el diván (ya no mas en el banquillo de los acusados) y me planteo: Hacia donde no quiero ir que me pongo a mi misma montañas en el camino? Que es lo que me da tanto miedo enfrentar que necesito sentirme tan mal como para no seguir?
Y escucho el eco de la cordillera, el silencio que habla por mi.
Es tan paradójico! No se por que, pero todos me ven como una mujer fuerte, que se lleva el mundo por delante y que tiene garra y todo lo puede. Que mentira tan grande!!!!! Que fraude para los que me quieren!! No soy mas que una pequeña mujer encerrada en mi misma y que no encuentra la llave para poder salir, aunque sea, a dar una vuelta y ver el mundo que hay detrás del miedo.
Para poder ir hacia donde no quiero ir.
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